Analiza tus leyes no escritas en el trabajo
Cada una de las personas tenemos creencias propias. Leyes particulares que, por lo general, son inquebrantables pero a sabiendas de que existen otras diferentes a las nuestras. Y que aplican por igual. Lo curioso, es que estas creencias pueden estar tan cercanas a la realidad que pueden hasta influir en nuestra jornada laboral.
Por ejemplo, no es nada sencillo conseguir a un director comercial con la creencia de que “en este negocio ya todo está inventado”. Al contrario, diríamos que debe tener como premisa que “el cliente siempre espera que se le sorprenda favorablemente”.
Decía Platón que «todos percibimos la realidad a nuestra manera y a veces supone una barrera para el buen entendimiento de la comunicación entre las personas». Hay «expertos» que insisten en que raramente nos cuestionamos nuestros modelos mentales: “las cosas son como yo las veo”.
Por lo tanto, hay que hacer un poco de esfuerzo y sentarnos a analizar nuestras creencias y supuestos.
Para ello, existen prácticas que nos recomiendan: el pensamiento de tipo reflexivo y la conversación inteligente o penetrante. En ocasiones, nos dedicamos muy poco tiempo a pensar. Cicerón decía que «pensar es como vivir dos veces».
En lo que a la comunicación comercial, existen tres palabras que tienen que ser consideradas:
- Sintonía: Toda comunicación comercial y su modo de llevarla a una realidad debe pasar por la mejora y sintonía de aquellos modelos de trabajo de las personas que la realizan.
- Modelos: Se deben mejorar los modelos mentales de forma constante: cultivando la escucha, ser muy visual, teniendo presente un pensamiento reflexivo y la conversación inteligente.
- Decisiones: la más importante de todas. Es con este aspecto que llevamos nuestros pensamientos, la puesta en escena del arte de indagar y alegar. Con esto, puedes demostrarle a las personas que acaban viendo cosas que antes no veían, para tomar decisiones correctas.
