Gerencia venezolana

¿Quieres tener un jefe o un lider?

La gran duda de las empresas: ¿Lider o Jefe?

En tiempos «antiguos», las empresas solo se preocupaban en obtener resultados, pero al precio de tener a sargentos o líderes. “Los directivos nos dicen que han superado una crisis, y no pueden despedir a más personas por adelgazar el coste, pero nos preguntan si tienen los trabajadores adecuados para llevar el negocio de forma sostenible hacia el futuro y la internacionalización. Quién se cuestiona qué hacer con su empresa, cambia su papel de jefe a líder, e identifica el perfil de cada trabajador para aplicarlo en futuros giros del negocio”, relata Alberto Blanco, director general del Grupo Actual.

Una serie de estudios han detectado que un trato irrespetuoso sube la tensión sanguínea y genera estrés. “Es el camino a la depresión, la segunda enfermedad de mayor crecimiento en países desarrollados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El jefe es irrespetuoso, y no siempre se manifiesta en gritos. El líder trabaja para sacar el máximo talento, y para ello debe haber respeto, confianza y motivación”, argumenta José María Gasalla, codirector del Deusto Business School.

El estilo de dirección de algunos jefes ya es anticuado (a veces la vieja escuela ya no aplica) porque no es competitivo, provoca la huida de los trabajadores y señala al estilo de gestión, a la falta de motivación de los empleados y a la mala calidad laboral (rigidez de horarios, falta de expectativas y estrés laboral) como las causas más comunes del absentismo en el trabajo.

Muchos empresarios no son conscientes que mandan a sus trabajadores en lugar de guiar a todos los equipos de personas e ingenieros convertidos en jefes de equipo no poseen este tipo de herramientas dentro de su formación académica. Un líder se maneja con empleados formados en sus competencias, y cede para un desarrollo integral de sus subordinados.

El líder sabe adaptarse a situaciones y personas para conseguir objetivos estratégicos trazados con anterioridad. “Debe tener inteligencia emocional, competencias sociales, competencias de gestión, competencias estratégicas, y sustentarse en valores éticos”, resume la conferencista Maite Palomo.