Gerencia venezolana

Conoce las nuevas tendencias de la gerencia

La evolución del entorno empresarial, tanto en Colombia como en el mundo, ha implicado un cambio dramático en el ámbito de la administración y en los retos que deben enfrentar las organizaciones y sus equipos directivos.

La globalización, los esfuerzos de integración regional, los tratados de libre comercio y las catástrofes financieras de grandes empresas, entre otros eventos, han suscitado un debate que está replanteando las habilidades, conocimientos y valores que deben tener los administradores, gerentes, líderes y empresarios de nuestra era, así como el enfoque de la enseñanza de la administración.

El sector privado está asumiendo un papel protagónico en la construcción y mejoramiento de la sociedad y la economía. El sector solidario ha logrado posicionarse como un actor importante de la sociedad civil. Por su parte, el sector público ha reconocido la necesidad de contar con buenos administradores que se concentren en cumplir sus funciones principales con indicadores de gestión y rendición de cuentas.

La relación entre lo público y lo privado es cada vez mayor y requiere de gerentes de organizaciones que no sólo cuenten con habilidades para alcanzar mayores niveles de productividad y competitividad en las empresas, sino también con capacidades para relacionarse e interactuar con el gobierno.

La sostenibilidad de las organizaciones públicas y privadas va a ser medida tanto por indicadores económicos, como por su impacto social, político y ambiental.

Hace muchos años, el papel tradicional de un profesional en las áreas funcionales de una organización se basaba en mantener un registro exacto de las operaciones de la empresa y la preparación de informes de desempeño de la compañía.

Dada la transformación del mercado y las necesidades de las empresas, este papel ha cambiado considerablemente. Los profesionales deben asumir responsabilidades en la toma de decisiones asociadas con una mayor competitividad, la internacionalización de la empresa y la creación de valor.

Entre estas decisiones se encuentran la determinación de los recursos empleados por la firma, la composición del talento humano, la asignación de recursos financieros a proyectos específicos y el análisis de los resultados obtenidos.

Por todo esto es que el objetivo de la gerencia no se debe centrar en acertar los acontecimientos futuros, sino en trabajar a gran escala para orientar el futuro en las diferentes direcciones. Se deben propiciar espacios dentro de la organización que faciliten (i) la comprensión del entorno, (ii) el aprendizaje de nuevas dinámicas y (iii) la evaluación de las opciones estratégicas para la toma de decisiones.

Los altos directivos de las organizaciones modernas no son nombrados ni evaluados estrictamente por sus conocimientos. Las habilidades se han convertido en factores críticos de éxito: saber escuchar, identificar las tendencias del área en la que se desempeña la organización, y comunicarse efectivamente con las personas con las que interactúan, son algunos ejemplos. Estas nuevas tendencias hacen necesario que la gestión de los administradores trascienda su educación y formación en áreas funcionales como finanzas, mercadeo, economía, recursos humanos, operaciones y logística. Las habilidades que deben tener los gerentes y líderes de las organizaciones de hoy en día, deben ir mas allá de manejar y conocer modelos y teorías de estas disciplinas.

Los líderes de hoy se encuentran ante una disyuntiva. Por un lado, asumen el compromiso de llevar a su empresa por los caminos de la innovación, el desarrollo y el emprendimiento, a través del cumplimiento de metas claras y objetivos precisos.

Por otro lado, son responsabilizados por los descalabros que puedan sufrir las mismas, disyuntiva que conlleva a presiones que han propiciado las prácticas antiéticas. Esta situación ha comenzado a centrar la atención y algunas críticas, en las escuelas de administración. Cada vez más, se exige incluir cursos o espacios que inculquen valores y refuercen principios éticos en las personas.

Bajo estas tendencias los líderes empresariales reconocen la importancia de la responsabilidad social al entender la necesidad de contribuir con el desarrollo de las sociedades. Así mismo, han entendido la relevancia, pertinencia e importancia de tener un comportamiento ético, tener un mayor conocimiento de su entorno y mantener una relación más humana y cercana con las personas que los rodean.

En un entorno tan turbulento y cambiante como el colombiano, nuestros gerentes están llamados a actuar bajo esquemas y principios particulares para superar los retos que impone la sociedad del siglo XXI.