el nuevo motor de los negocios
En la última década, el impacto social y medioambiental ha desplazado a la revolución tecnológica como principal motor de cambio en los negocios. Lo que antes era una responsabilidad ética o una herramienta para mejorar la reputación corporativa, hoy es un elemento crucial para las estrategias empresariales más innovadoras.
Según un informe de McKinsey, los productos con criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) han impulsado el 56% del crecimiento en varias categorías durante los últimos cinco años. Además, un estudio de Deloitte revela que el 25% de los consumidores está dispuesto a pagar más por productos que protegen el medio ambiente y la biodiversidad.
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Manuel Lencero, CEO de la fundación Unlimited, destaca que las empresas que integran el impacto social cumplen con las expectativas sociales y obtienen beneficios financieros. Esto las posiciona en mercados con menos competencia.
La clave del éxito radica en la responsabilidad social y en una integración coherente del impacto social en la estrategia de negocio. Esto se ha visto reflejado en la inversión en fondos de impacto, que alcanzó los 715.000 millones de dólares en 2023. Esto muestra que los inversores ya no ven el impacto social como un sacrificio financiero, sino como una oportunidad rentable.
Manuel Lencero señala que, así como la tecnología fue el motor del cambio en el pasado, hoy el impacto social es el valor diferencial que transformará las empresas.
El impacto social mejora la imagen corporativa y genera beneficios tangibles a largo plazo. Empresas que lo adoptan de manera coherente logran mayor fidelidad de los clientes y atraen talento. Según un informe de Harvard Business Review, el 88% de los empleados se siente más motivado a trabajar en empresas con un propósito claro y un compromiso genuino con la sociedad.
Valor de Unlimited
En España, la fundación Unlimited ha apoyado a más de 140 startups que incorporan el impacto social como parte central de su estrategia empresarial. Un ejemplo destacado es el proyecto ¡Qué Vivan los Pueblos!, desarrollado junto a Yoigo. Busca revitalizar comunidades rurales y demuestra que el impacto positivo puede ir de la mano con la creación de modelos económicos sostenibles.
En resumen, integrar el impacto social en la estrategia empresarial no es solo una opción ética o de marketing, sino una clave para el crecimiento competitivo y sostenible de las empresas. Las organizaciones que adopten este enfoque no solo mejorarán su rendimiento financiero, sino que también liderarán el camino hacia un futuro más justo y responsable.