Gerencia venezolana

La Ética Empresarial, clave fundamental

Si bien es cierto, estamos inmersos en una sociedad abierta, multicultural y multiétnica, rodeados de una pluralidad de principios, valores y pautas de conducta, lo que nos lleva a considerar la necesidad de incorporar la dimensión ética en nuestras reflexiones y en nuestros modelos organizacionales.

Ahora bien, si nos ubicamos en la dimensión de la moral, ésta nos pregunta ¿qué debo hacer?, y la ética no se queda atrás y también formula la suya ¿por qué?, ambas preguntas tienen un punto de intersección ubicado en la organización, sus respuestas: debo cumplir con la Responsabilidad Social ya que necesito buscar el bien común a objeto de mejorar la calidad de vida de la sociedad, no solo es el bienestar del individuo, es el bienestar de la familia, es el bienestar de todos como un todo (la sociedad).

Evidentemente a medida que avanzamos en el tiempo, la ética empresarial se va adueñando de su rol protagónico ante la sociedad, de hecho solo una clara línea ética empresarial será el factor crucial para perdurar en el tiempo. Y así, en pro de lograr y mantener el éxito, necesariamente el componente ético de la empresa debe estar en sintonía e íntimamente relacionado con la misión de ésta hacia la sociedad con la que convive y forma parte.

Categóricamente, es la sociedad quien impulsa y le da o le quita la vida a toda empresa, por ende, la sociedad tiene el pleno derecho de establecer restricciones éticas a los negocios que dicha empresa genere, dicho derecho proviene de tres consideraciones:

  1. Toda sociedad tiene el derecho de dictar las acciones éticas de los negocios porque les ha otorgado a la organización el derecho legal de conducir los negocios. Por ello se deriva que al otorgar los derechos para operar en este entorno, la sociedad también tiene el derecho de determinar las condiciones éticas que prevalecerán.
  2. El Estado está en una mejor posición de regular la conducta ética que en una sola organización. Si una única organización asume un rol ético, puede ser en su propio detrimento, especialmente si otras organizaciones no asumen el código de ética. Pero si todas las organizaciones lo asumen a través de la regulación del Estado, entonces ninguna organización tendrá una ventaja competitiva basadas en actos no éticas porque éstas serán entonces ilegales.
  3. Las justificaciones para que la sociedad defina las fronteras éticas de los negocios se relaciona con el fracaso de que las empresas se regulen ética mente a sí mismas. Aunque idealmente parece razonable que las organizaciones establezcan su propio código de ética, la historia no ha demostrado que la auto aplicación de políticas éticas sean efectivas. Los grupos de formación y vigilancia ética a lo largo de las ramas industriales usualmente no tienen los poderes para aplicar y hacer que se cumplan con las bases mínimas de conducta ética.

Por lo anterior se considera que es el Estado quien debe desarrollar y vigilar que se cumpla un código de conducta.

Con información de Gerencia.es