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Verde en concreto: la granja caraqueña que produce alimentos sostenibles

Verde en concreto: la granja caraqueña que produce alimentos sostenibles. Hace nueve años, Ali Olivero se interesó por intentar cambiar el mundo a través de la creación de jardines verticales. La idea era ayudar a oxigenar espacios en las ciudades. Pero nunca imaginó que una nueva línea de negocios acapararía por completo su tiempo.

Entre investigaciones y estudios, el término acuapónico apareció en su vida para apasionarlo por algo. Su profesión de administrador ni su más grande hobby, submarinismo, lo habían logrado.

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Su proyecto Verde en concreto

Según declaró a El Nacional, siempre estuvo ligado a temas del campo. Desde niño tuvo contacto directo con el cultivo, la siembra, las tierras y la naturaleza. Así que aprovechando esa fortaleza e indagando más sobre el asunto, descubrió que en Venezuela no se practicaba la acuaponía.

Los únicos que se acercaban a ejercer la labor, y a medias, eran los amigos de Topotepuy, dice. Ellos tenían un pequeño sistema que se asemejaba al proceso de cultivo de ese término hasta ahora poco conocido. Muy poco que ver con lo que se lleva a cabo en su granja, Verde en concreto.

En 2016 surgió la idea. En 2019 pudo desarrollarla y finalmente en 2023 el momento en el que la estructura vio luz. Junto a un amigo, decidió hacer de Caracas una selva con pizcas verdes dentro de la selva de concreto.

Acuaponía = acuicultura + hidroponía

México, Argentina y Estados Unidos han sido parte de los destinos de Olivero para hacerse un nombre. Este negocio tiene hasta una cofradía de acuaponistas alrededor del mundo.

La palabra acuaponía proviene de acuicultura e hidroponía. Se resume en el cultivo de animales acuáticos y plantas de manera conjunta y simbiótica.

Así, el agua donde se mantiene a los primeros se hace recircular por unas tuberías hasta las raíces de las plantas de cultivo. Y estas, a su vez, absorben los desechos de los peces, convirtiéndose en fertilizante. Finalmente, el agua regresa al tanque de cría de animales acuáticos sin necesidad de filtros.

Economía circular

“Es un sistema de economía circular, un ciclo infinito y absolutamente sustentable. Eso es lo que hace tan especial lo que hacemos en Verde en concreto; y lo que nos convierte en pioneros, no solo en Caracas sino en el país”, señaló su fundador.

Actualmente su granja verde está ubicada en Chacao y, hasta ahora, es la única en la capital. En sus más de 300 metros cuadrados de estructura cosechan desde lechugas, kale, albahaca, todo lo que engloba las hojas verdes. Pero además tomates, pepinillos, berenjenas y más. Tienen 6.500 puntos de siembra y tierra fértil.

“Este método agrícola es una alternativa para producir alimentos libres de químicos de síntesis o liposolubles”, expresó. “Los consumimos desde los años 40, y contribuyen a erradicar la salud en el mundo. La acuaponía es, ante esto, una alternativa a la alimentación a la que deberíamos acostumbrarnos hoy día”, señaló; al asegura que los productos que nacen en sus tierras no son comida, sino alimentos llenos de nutrientes. Y entre los primeros y los segundos hay una diferencia abismal.

El agua de lluvia como recurso

Es lo más importante en el proceso y en Verde en concreto es 100% natural. “Cosechamos agua de lluvia. Venezuela está entre los 10 países con mayores reservas hídricas del mundo. El nivel de pluviometría, en Caracas particularmente, es muy elevado. Eso nadie lo sabe y es sumamente importante”, manifestó.

“El agua que nos regala el cielo no es despreciable, al contrario”, asevera. Su uso se traduce en la sinergia perfecta entre los organismos que aquí conviven: peces, bacterias y plantas.

“Los peces al consumir su alimento generarán los nutrientes necesarios para las bacterias. Y ellas, a su vez, transformarán esos nutrientes para dárselos a las plantas en una especie de solución nutritiva. Éstas absorben todo del agua y después el agua limpia o filtrada vuelve nuevamente a los peces”, describió.

“Por eso se ahorra tanto y es tan interesante usarlo en las ciudades. Imagínate el poder que tendríamos entre manos si supiéramos como aplicar este conocimiento en nuestras casas”, aseguró. “Y si estamos aprovechándola desde la naturaleza, contribuimos ambientalmente a favor de la agricultura; una actividad que, en total, se lleva 80% de agua dulce disponible del planeta”.

La biodiversidad de la “granja verde”

La granja tiene 12 variedades de plantas y de peces sólo la tilapia. “La roja que es un híbrido y también introdujimos alevines puros”.

Al respecto, enfatizó Olivero que, para el proceso de crianza de animales y siembra, no usan agroquímicos, repelentes o insecticidas de síntesis. Pues resultan muy tóxicos para los humanos y la naturaleza en general. “Con esto, la idea es ir cambiando la percepción de su uso e ir creando consciencia”.

Vale acotar que para ellos es invaluable trabajar con la excreta de sus pescados. “Los retiramos del sistema con unos filtros sedimentadores y, como es un sistema de economía circular, no son desaprovechados. De hecho, mandamos las heces directo a un biodigestor aeróbico que tenemos en sistema. Este las irá oxidando, transformándolas, entre 8 y 10 días, en un turbo abono”, describió.

Al reducirse en líquido, el producto final es embotellado y vendido a otras corporaciones o negocios. O simplemente funciona como una inyección de nutrientes para el propio sistema de Verde en concreto.

Si quieres leer la nota completa, ingresa a El Nacional.

Verde en concreto: la granja caraqueña que produce alimentos sostenibles

Fotos: Cortesía

Fuente: El Nacional

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