Empresas venezolanas

Camilo Ibrahim “No soy Accionista de la Aerolínea Plus Ultra»

Camilo Ibrahim Issa envió una carta a los medios de comunicación para desmentir rumores y falsas narrativas en su contra creadas recientemente a raíz de la polémica aerolínea.  Créditos: fotografía por Marco Chacón.


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Camilo Ibrahim «No formo parte de la aerolínea Plus Ultra»

CEOVzla.- El empresario venezolano-libanés Camilo Ibrahim Issa ha enviado una carta a los medios para aclarar todo lo referente a una serie de publicaciones aparecidas recientemente contra su persona que lo relacionan con la aerolínea Plus Ultra, argumentando en el texto que vale la pena hacer estas declaraciones ante el tinglado mediático que se ha formado alrededor del tema.

No soy Accionista de la Aerolínea Plus Ultra (tampoco lo es ningún miembro de nuestra familia). No soy director de la Aerolínea Plus Ultra (tampoco lo es ningún miembro de nuestra familia). No trabajo ni cumplo función alguna en la Aerolínea Plus Ultra (tampoco trabaja allí ningún miembro de nuestra familia). No he participado en ninguna conversación de trabajo sobre las funciones de la Aerolínea Plus Ultra. Desconozco profundamente hasta el nivel del absoluto desinterés a la industria aeronáutica”, explica de entrada.

“Solo me gustaría aclararles que hicimos todo nuestro esfuerzo y nuestro sacrificio por cuidar de esta operación y de este mercado como lo hace un buen padre, ante las peores circunstancias posibles. Anteponiendo inclusive el bienestar de nuestra empresa al nuestro propio. En un país donde desde hace años reina la injusticia, la arbitrariedad, la pobreza crítica, el desabastecimiento, la inseguridad y la desolación, nuestras tiendas siempre fueron, a pesar de las dificultades, un faro de esperanza (tanto para el equipo como para los clientes) de otra Venezuela posible, quizás inclusive al alcance de la mano”, agrega.

Camilo Ibrahim Issa reconoce su relación de amistad, cariño y trabajo con Rodolfo Reyes y Raif El Arigie, nombres vinculados al grupo Plus Ultra. “Es una relación que valoro y me ha hecho mejor persona, forjada en el tiempo y especialmente en las adversidades de la realidad Venezolana. Somos además de amigos, socios en distintos proyectos, incluyendo una cadena de cafeterías, y en algunas propiedades de bienes raíces comerciales. No así en la aerolínea, como tampoco participamos en otros proyectos que ellos tienen juntos o cada uno por separado”, argumenta.

“Esa relación de amistad y cercanía es ampliamente conocida en todo el medio empresarial venezolano, y es lo que usan algunos medios para desprestigiarlos a ellos achacándoles todas las acusaciones que han hecho en mi contra desde el año 2015 hasta la fecha”, añade Ibrahim Issa, lamentando la narrativa impulsada inicialmente por los intentos de extorsión, que ha calado en un país con una crispación política increíblemente profunda.


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En ese sentido dice: “Entendimos desde un inicio que la única manera de contrarrestar esos rumores y comentarios es mantener el más bajo perfil posible, y tener poca o nula interacción con gente involucrada en la política”, a lo que agrega: “No conozco personalmente y nunca he conversado con Nicolás Maduro. No conozco personalmente y nunca he conversado con ningún miembro del Alto Gobierno actual de Venezuela, incluyendo en particular a Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello, Delcy Rodríguez, Tarek El Aissami, para nombrar algunos, pero en general, y sin discriminar, tampoco conozco y nunca he conversado con ningún ministro del actual gobierno, ni con sus asistentes, ni con sus representantes”.

Aclara, eso sí, que esta aseveración tiene solo una salvedad: “En algún momento del mes de septiembre del 2018, como miembro de CONAPRI (ente empresarial local) y en conjunto con varios otros miembros, solicitamos y se nos concedió una reunión para, entre otras cosas abogar por una apertura económica con más margen de maniobra para la empresa privada y por la liberación de más de 20 gerentes de la cadena de Supermercados Excélsior Gama (Luis Miguel Da Gama) que habían sido detenidos y acusados de conspiración en esos días por tener ‘los anaqueles vacíos’, lo que el gobierno asumía como un comportamiento ‘conspirador, golpista’. Dicha reunión fue solicitada ante la vicepresidente Delcy Rodríguez en su oficina. Asistimos a la reunión 3 miembros de CONAPRI (Horacio Velutini, Alberto Vollmer, y mi persona). Después de esperar cerca de una hora, fuimos atendidos en una sala de conferencia por Delcy Rodríguez (entonces, como ahora vicepresidente) y por Tarek El Aissami (entonces ministro de industria y comercio). La reunión duró entre 30 y 45 minutos. Esa es la única vez en mi vida que he visto o estado en presencia física cercana de estas dos personas y es hasta el día de hoy la única conversación que he mantenido también con cualquiera del actual gobierno”.

Y continúa: “No tengo ningún tipo de negocio o vinculo comercial con ninguna persona del ámbito político en general y del gobierno actual, del gobierno interino o de la oposición en particular, en Venezuela o en cualquier otro país. No tengo ningún tipo de negocio o vinculo comercial con ninguna persona relacionada directa o indirectamente a alguien del ámbito político en general, y del gobierno actual, del gobierno interino o de la oposición en particular, en Venezuela o en cualquier otro país”.

La verdad de Camilo Ibrahim Issa

Para mí, sin duda, nuestra operación en Venezuela y la continuidad de la misma a pesar de los enormes retos y de todos los momentos de desespero, ansiedad, miedo y tristeza, es un motivo de enorme orgullo. Mantener a pesar de las adversidades el compromiso adquirido con un equipo de trabajo de miles de personas y cientos de tiendas en condiciones tan desfavorables como las que hemos tenido que sortear es la causa fundamental de la determinación de seguir.

Sin duda, también hicimos una apuesta de que al mantener la operación cosecharíamos los frutos a la larga, apostando a un cambio político que muchos veíamos inevitable. Desde 1994 cuando abrimos nuestras primeras dos tiendas en “Tierra Firme” (Planeta Sports en el CCCT y GUESS? En el Centro Lido) ampliando y mejorando una cadena que ya contaba con 9 locales en el Puerto Libre de Isla de Margarita, hasta ahora han pasado ya cerca de 28 años en donde las operaciones día a día se fueron haciendo no menos, sino más difíciles.

Las dificultades sociales, el esquema político y el sistema financiero han pasado de un colapso a otro inmediatamente mayor. El ansiado cambio nunca se materializó, en contrario, se concentraron cualquier cantidad de frustraciones políticas, politiqueras y personales casi intimas en contra de cualquier persona que sigue haciendo vida en Venezuela a pesar de las dificultades. Es imposible operar en Venezuela actualmente un carrito de perros calientes sin ser atacado como colaboracionista del gobierno, socio de algún poderoso o testaferro de alguien en el gobierno, muchísimo mayor las repercusiones siendo relacionado con marcas internacionales y con tiendas prácticamente en todo el territorio nacional, que a pesar de las dificultades y del deterioro general (deterioro de país, deterioro de tiendas, deterioro de clientes, deterioro de anaqueles y por supuesto deterioro de los productos y marcas que se pueden comercializar), hemos insistido en mantener abiertas y en cuidar hasta donde es posible a nuestro equipo de trabajo y a la calidad de vida o el acceso de nuestro personal al menos a los bienes básicos necesarios.

Dentro de todas las satisfacciones personales que trae velar por el equipo y trabajar al unísono para sobrellevar estas dificultades, deja claramente 3 aspectos negativos:

En tiempos de vacas muy flacas (2016, 2017), donde todo el País pasaba penuria y dificultades, inclusive más complicadas que las actuales, sobresaltaba claramente que nosotros insistíamos en seguir operando cuando otros decidieron irse. Eso hizo que nos destacáramos y nos convirtiéramos en un objetivo claro de chantajes, fraudes, acusaciones, extorsiones, etc. Como ya lo hemos visto y como se los he reportado en su momento.

La oposición comenzó a apostar por el cese de toda actividad económica en Venezuela para terminar de colapsar al país (y según sus proyecciones al régimen). El hecho de que nosotros seguíamos operando, nos convirtió a ojos de muchos de ellos como colaboracionistas y nos ubicó a juicio de ellos en el campo de influencia del gobierno, y por ende objeto también de los ataques políticos que han hecho en incontables oportunidades en contra de nosotros. Ataques que lejos de ser ciertos, corroborados o revisados, sin embargo han quedad sumados a la narrativa cíclica para uso de cualquier persona que me quiere relacionar a cualquier otra cosa por lo general negativa, si no nefasta.

El régimen, antes de su reciente (finales del 2020) reencarnación en un estado neoliberal, capitalista y de libre comercio, nos identificaba como un peligro latente para sus fines de ‘socialismo’ y entendía siempre que permitir a la empresa privada fortalecerse, era de alguna manera permitir el fortalecimiento de la oposición. Esos temores llevaron al régimen a acusar a miembros del empresariado de apoyar a Juan Guaidó y al cambio propuesto por el. Yo personalmente, en Abril del 2019 fui acusado de patrocinarlo y financiarlo directamente (hecho también reportado por mí en correo electrónico del Jueves 16 de Mayo, 2019). Otro rumor falso producto de un proceso de chantaje, pero que levanta las suspicacias de un gobierno paranoico a un nivel tal, que de ninguna manera nos consideran aliados suyos, sino más bien un peligro latente para ellos.

Motivado por todo esto, y entendiendo que la narrativa que me incluía ya superaba la capacidad de rebatirla simplemente callando y trabajando, opté, como te lo escribí en su momento por tomarme un tiempo para mí y para mi familia lejos de Venezuela.

Pero insistimos en seguir. Sin negocios oscuros, sin financiamiento de ningún tipo (porque hasta los bancos niegan prestar a los empresarios que tengan algún vínculo con Venezuela), sin ayudas gubernamentales, sin buscar ningún tipo de atajo y siempre comprometidos en guiar el barco a un puerto seguro tarde o temprano.

Este proyecto de retail no nació ayer, ni la empresa ni mi persona somos producto espontáneo de un enriquecimiento ilícito. Para el año 2001, justo antes de ‘El Paro Nacional’ amparados al crecimiento del retail y de la industria de Centros Comerciales, ya representábamos en Venezuela de manera exclusiva más de 24 marcas de las más importantes a nivel mundial. Operábamos más de 120 tiendas a nivel nacional todas y cada una de ellas abiertas e inauguradas por mí personalmente. Teníamos presencia en todos y cada uno de los Centros Comerciales en toda Venezuela y en muchos otros regionales. Impulsamos las aperturas de Centros Comerciales no solo en Venezuela sino en el resto de la región. Cientos de tiendas, miles de puestos laborales, cientos de miles de metros cuadrados para franquicias y licencias de marcas internacionales, toda una vida dedicada especial y específicamente a eso. Sin embargo, pareciera que eso no es así, y pareciera que no conocieran o no les importara ni la trayectoria nuestra, ni las realidades (realidades además fácilmente comprobables para cualquiera con una simple mirada a las tiendas o a los estados de cuentas por ejemplo), y se dejan llevar por el amarillismo de notas y noticias que están absolutamente fuera de nuestro control.

Entiendo perfectamente las preocupaciones de todos nuestros socios y las comparto además. No sabes cuánto lamento lo que está pasando y en cuanto se multiplica mi tristeza y mi desencanto cuando no solo vinculan mi nombre a un acto detestable o una mención deshonrosa, sino que seguido a esto mencionen, como les conviene hacerlo y a la ligera o cualquiera de las cadenas de tiendas que operamos, como si las mismas hubiesen aparecido espontáneamente y por arte de magia o producto de la corrupción de la que nos acusan. Pero esto, como todo el resto de lo que hacen es planificado para incitar la mayor reacción posible a estas notas.

Mi mayor frustración es que todos los que no me conocen, ni conocen a la empresa, ni al equipo, se cargan alegremente la presunción de inocencia y asumen como verídico y real lo que leen, lo que escuchan, lo que murmuran. Pues creo que en este caso en especial lo que corresponde, al menos (al menos) es el derecho a la presunción de inocencia.

Por lo que vale, te aseguro que mi proceder personal hasta el día de hoy, y el de la empresa que dirigí hasta finales del 2019, siempre ha estado marcado por la ética, la disciplina (fiscal y laboral) y el buen proceder de una empresa en fiel y respetuosa imagen de los valores morales inculcados como base absoluta de un proyecto como este. Asumo cualquier error cometido en este tiempo, aunque si lo hubo, el mismo fuese desde la buena fe, desde el afán de cumplir las obligaciones contraídas tanto con nuestros socios comerciales y proveedores como con nuestro equipo local, o quizás desde la ingenuidad momentánea o temporal, especialmente dadas las condiciones de un mercado como la Venezuela actual.

Mi mayor deseo siempre fue el de pasar la antorcha de esta operación a un equipo de trabajo nuestro, en mucho mejores condiciones en los cuales lo recibí. Lamentablemente esto no podrá ser así. Le tocara a otros levantar esto nuevamente y desde cero. Después de años de labor y sacrificio en Venezuela, he dejado una operación cuestionada injustamente, cargada de acusaciones falsas, en un mercado que el resto del mundo ha decidido cercenar y repudiar comercialmente, dejándolo a informales e improvisados, de los cuales no formaré parte.

Espero que la aclaratoria valga ante las dudas generadas por tanta noticia sensacionalista y falsa